Resumen del primer
capítulo:
El protagonista de este
relato ha recorrido cientos de kilómetros en busca de esa mujer con la que apenas compartió unos
días… pero que ha dejado en él huellas
imborrables que no le permiten seguir con su vida sin saber el porqué de
tan repentina desaparición. Y sin embargo, cuando por fin la encuentra
comprende el motivo de su brusca huida. Ella tiene otra vida, una en la que su
marido y sus dos hijos ocupan todo su mundo. Por lo que decide sin esperar
respuestas, volver a su pueblo con la certeza de que tan sólo fue
su pasatiempo.
CRISTINA.
Lo veo llegar ¡Dios, es
Fibo! ¿Cómo me ha localizado? ¡Mis hijos, mi marido, por el amor de Dios, no me
hagas esto! (¡Márchate! Ruego en
silencio).
Observo como se acerca,
le suplico con la mirada, mirándome a los ojos pregunta por una calle aledaña a
la nuestra, le responde mi esposo. Da las gracias y se aleja en dirección a su
vehículo. (Su porte es el mismo a pesar de que está más demacrado, pero sigue
siendo él).
Con los nervios
carcomiéndome las entrañas, hago subir a los niños al coche, me despido de mi
marido con un beso, pongo el coche en marcha y tomo dirección al colegio.