LA PICONERA

LA PICONERA

martes, 30 de octubre de 2012

RECUERDOS II


Resumen del primer capítulo:

El protagonista de este relato ha recorrido cientos de kilómetros en busca  de esa mujer con la que apenas compartió unos días… pero que  ha dejado en él  huellas  imborrables que no le permiten seguir con su vida sin saber el porqué de tan repentina desaparición. Y sin embargo, cuando por fin la encuentra comprende el motivo de su brusca huida. Ella tiene otra vida, una en la que su marido y sus dos hijos ocupan todo su mundo. Por lo que decide sin esperar respuestas, volver a su pueblo con la certeza de que tan  sólo fue  su pasatiempo. 
CRISTINA.
Lo veo llegar ¡Dios, es Fibo! ¿Cómo me ha localizado? ¡Mis hijos, mi marido, por el amor de Dios, no me hagas esto! (¡Márchate!  Ruego en silencio).
Observo como se acerca, le suplico con la mirada, mirándome a los ojos pregunta por una calle aledaña a la nuestra, le responde mi esposo. Da las gracias y se aleja en dirección a su vehículo. (Su porte es el mismo a pesar de que está más demacrado, pero sigue siendo él).
Con los nervios carcomiéndome las entrañas, hago subir a los niños al coche, me despido de mi marido con un beso, pongo el coche en marcha y tomo dirección al colegio.

miércoles, 24 de octubre de 2012

RECUERDOS

 Esta espera se está haciendo interminable, el cansancio provocado por tantos  kilómetros recorridos empieza hacer mella en mí, pero tenía que intentarlo. Aunque esta locura que comencé hace meses, haya sido la causa de la perdida de mi empleo y hasta de los pocos ahorros disponibles que se me han ido diluyendo en esta búsqueda ciega, y a veces pienso que hasta sin sentido. ¡Nada me importa, tan sólo necesito verla para que me dé… un por qué!

Si un psicólogo analizara mi comportamiento desde esa maldita fecha al día de hoy, su diagnostico sería sin dudarlo “Trastorno obsesivo”. Pero erraría de cabo a rabo, sé lo que quiero, sólo busco una explicación si es que la hay y que abandone de mi cuerpo esta exudación con chorros de amargura.
Esta ciudad y esta dirección es la última y única esperanza que me queda. Si esta vez no doy con ella, me rendiré, volveré a casa e intentaré continuar con la vida que llevaba antes de conocerla.
Cuando me miro en el espejo casi ni me reconozco, además estoy muy cansado. A veces pienso que ni ella lo haría si me viera en este estado.

lunes, 15 de octubre de 2012

MÉNAGE À TROIS

¡Hola! Me llamo Alicia. Hace unos meses tuve la oportunidad que me brindó mi buen amigo Fibo de asomarme a esta ventana para narraros como fue mi primera relación sexual, titulando dicha entrega “Soy Bisexual”. 

Hace unos días me comentó que quería escribir sobre el tema de los tríos compuestos por dos hombres y una mujer y que, debido a su inexperiencia en tales prácticas me invitaba a que lo asesorara. Ante tal solicitud le propuse relatar como había sido mi primera experiencia en el “ménage à trois". Estuvo de acuerdo, así que me veo delante de esta pantalla rememorando ese día que jamás se borrará de mi mente. 

Para los que no leyeron mi anterior post, empezaré por presentarme, como ya he dicho antes me llamo Alicia, soy una mujer madura de cuarenta años y según la opinión de los hombres así como de las mujeres que me han conocido y han practicado sexo conmigo “tengo muy buena planta”. 

Quiero aclarar ante todo que no soy una profesional del sexo, solo lo practico porque me gusta y me apetece. He tenido parejas tanto femeninas como masculinas, he practicado tríos con ambos sexos y en la actualidad mantengo dos relaciones. Una con una amiga casada con la que me veo esporádicamente y desde hace unos meses con un amigo que desconoce mis tendencias sexuales. 

domingo, 7 de octubre de 2012

SUEÑOS ROTOS

De un posible gran amor, se convirtió en un  imposible…Palabras duras brotaron  de su boca y de la mía. Una vez dichas, ya no pudimos volver atrás. Todo acabó con un portazo y sin siquiera un adiós. La pérdida supuso un cambio drástico en mi vida, llegando  a sentir esa merma emocional, como un quebranto o desgarro físico interior a modo de amputación. Me  produjo un dolor inesperado  que perduró y se retroalimentó por el recuerdo de ese fracaso.
 
Pasada la primera fase de la ruptura, y aun perdurando en el ambiente las palabras que nunca debieron salir de  forma atropellada y sin piedad por parte de los dos, me llegó las del duelo; el llorar, el  maldecir, el gritar y buscar razones que me aliviaran del dolor recibido e infligido.
Con el paso de los días, semanas y meses, dejé de compadecerme, y de patalear como un niño. No quería ahogarme en el mar de mis propias lágrimas. Ya no buscaba respuestas ni culpables, tampoco explicaciones que no me aportaran  nada, más bien, porque eran tan enrevesadas y complejas, que llegué a dudar de la veracidad de la verdadera causa, o bien, porque eran tan sencillas que no era capaz de aceptarlas. Fuese como  fuese, había comprendido que lo único que podía hacer, era limitarme a asumir la pérdida, abrazar mi duelo sin excusas y esperar a que tras la tormenta, llegara la calma y el agua volviera a su cauce, tranquila y clara.