ELLA, MI MUJER.

 

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Recordando tus pasos cierro los ojos, te veo como siempre hermosa, bajando los peldaños de esa habitación que hace pocos instantes hemos compartidos. Trato de esconderme, darte una sorpresa quiero, es imposible, siempre me detecta. Me besas, nos besamos, admiro tus andares, la mirada se convierte en lasciva. Abro los ojos, no estas, la distancia nos ha alejado, otros amores te han reclamado, me cuesta compartir, sé que debo hacerlo si quiero tenerte.

Abro los ojos, la soledad me acompaña en la habitación, imagino que estas durmiendo, alarg0 la mano, te vuelvo a imaginar, sonrío, estás conmigo, aunque estés a diez mil km.

¿Cómo empezó? Ni lo sé, ni me importa. Lo único que sé, es que se ha convertido en parte de mi vida; (mis otras vidas no importan, es como si no hubieran existido) ELLA, se ha ido incrustando en cada poro de mi piel, desde el momento en que la vi avanzar con sus pesadas maletas bajando de ese tren que la trajo hacia mí.

Extraño su ausencia, el poder cobijarme junto a ella, su olor, su piel, su respiración, sus besos, sus manos, su despertar, su risa, su compañía casi las 24 horas del día, (excepto mis Domingos mañaneros con los amigos, y eso que le he rogado mil veces que nos acompañe) en tantas y tantas cosas que hoy al recordarla me hace feliz. Soy feliz con ELLA.

La añoro.

Bendito ese 12 de Abril en la que nos unimos en matrimonio; jamás había llorado de felicidad, ese día lo hice. Cuando del brazo de su hijo se acercaba al ritmo de esa música que habíamos escogidos los dos, la piel se me erizó, las lágrimas afloraron sin consuelo, bella, elegante como solo ella lo es, con esa sonrisa que enamora a cualquiera, quería estrecharla en mis brazos, besarla, y hundirme en su interior desapareciendo dentro de Ella.

Ha sido el día más feliz de mi vida, y cada día con Ella soy más feliz.

Te amo Lia, Lili, Liliana.