¡Sola por fin, agotada, pero satisfecha! Todo
parece marchar mejor en estos últimos meses. Ya era hora que la vida me diera
un respiro y dejara atrás esas
lágrimas derramadas, ese retraimiento autocompasivo que hacía encogerme y esconderme
de los demás en cualquier rincón de la casa, sintiendo vergüenza ante las
miradas, y molesta ante los intentos de consolarme de aquellos a quien
consideraba mis amigos, teniendo que soportar esas miradas maliciosas y a ratos
compasivas de esos vecinos, conocidos e, incluso, de esos familiares que
cobardemente no se habían querido involucrar, dejando que la pelota creciera y
fuera rodando de aquí y para allá, dejándome en la ignorancia total,
convirtiéndome en una burla, en una conversación de café sin importarles mis
sentimientos. No los perdonaré nunca.
Con poco más de veinte años creí, ilusa de mí, alcanzar la felicidad. Me enamoré como una tonta, ciega, no tenía más ojos que para él, y cuando me pidió que viviéramos juntos, no lo dude un instante.
Con poco más de veinte años creí, ilusa de mí, alcanzar la felicidad. Me enamoré como una tonta, ciega, no tenía más ojos que para él, y cuando me pidió que viviéramos juntos, no lo dude un instante.
Me fui con él a una localidad cercana a la
nuestra pese a la oposición de mi madre. Fueron años felices o eso pensé. Tuvimos
dos hijos buscados y deseados que llenaban de alegría nuestro hogar y colmaron
nuestros corazones. Teníamos intenciones de legalizar oficialmente nuestra
relación, aunque no nos hiciera falta ningún papel que atestiguara nuestro
amor, pero deseábamos compartir con nuestros seres queridos la dicha de un amor
que duraba ya ocho años.
Una mañana de noviembre, mientras preparaba
café para el desayuno, vi una nota de papel en el suelo al lado de la puerta.
En ella me informaban que mi pareja llevaba más de un año teniendo una aventura
con una amiga suya de la infancia que recientemente se había separado, que si
no lo creía, podía preguntar a quién quisiera porque era algo que todo el mundo
sabía, que yo era la comidilla y objeto
de burla del pueblo. Nunca supe quién escribió esa nota, pero hoy no dudo de que
fue ella, la misma con la que mi pareja me engañaba y con la que aún continua.
Nunca le he pedido que me diera una
explicación del porqué me engañó, sólo que fuese sincero y me dijese si era
verdad. Lo hizo, y es suficiente.
Cogí mis hijos, los cuatro trapos que tenía y
regresé con mi madre. Sin oficio, sin dinero, destrozada y sin saber cómo
seguir adelante. Traté de encauzar de nuevo mi vida. A duras penas conseguí un
trabajo que me proporcionó la estabilidad suficiente para tener una pequeña
vivienda, aunque fuera alquilada. Me olvidé de hombres, a pesar que rondaban a
mí alrededor. Poco a
poco, la vida se fue ordenando. Como en todo proceso de pérdida, el paso del
tiempo hizo que empezase a encajar esta nueva etapa de mi vida. La rutina entró
de lleno, dormía mucho mejor, mi ex ya no era el protagonista de mis
pensamientos y comencé a relacionarme con nuevos amigos. Los sueños y las
ilusiones volvieron a renacer.
Al cabo de los meses, acepte una cena de un
chico que desde hacía tiempo estaba interesado en mí. Sin darme cuenta, volví a
enamorarme. Era de nuevo feliz, aunque
nunca le permitía quedarse en casa estando mis hijos, solamente los fines de
semana que les tocaba a su padre. A los
seis meses de relación, me desperté
inquieta en medio de la noche. Mientras él dormía, no pude evitar dejarme
llevar por ese impulso que te genera la desconfianza y cogí su móvil sin saber
muy bien por qué. Para mi sorpresa, descubrí al leer sus mensajes que mantenía
una relación con una conocida mía. Creo que no era tristeza lo que sentía, tan
solo rabia y decepción. Lo desperté y con caja destemplada lo eché de mi cama y
de mi casa. Por mucho que se justificara, por más que me dijese que sólo era un juego de palabras, y que nunca
había mantenido relaciones con ella, yo no tenía ganas de escucharlo. Tan solo
quería que desapareciese de mi vista.
Hoy en día, no quiero saber nada de
hombres. Estoy tan desengañada, que he dejado de creer en el amor. Tan sólo me
aprovecho de ellos cuando los necesito. Mañana no sé lo que ocurrirá.
Fibo es mucho mas real y cotidiano de lo que parece creo que muchas veces nos desengañamos jurando siempre que mas nunca, solo de la pareja sino de las amigas y del agente pero terminamos por volver a creer y nos volvemos a desengañar siempre llega justo cuando u vida empieza a encajar, pero cuando te encuentras perdida no llega nadie asi muy duro de verdad, Excelente relato intenso , muy bien logrado, atrapando hasta la médula, un besote desde mi brillo del mar.profundo,
ResponderEliminarUna historia muy bien narrada, desde su inicio se hace interesante, querer saber que va a ocurrir es bueno, no siempre se consigue. Me gusto.
ResponderEliminarUn saludo.
FIBO
ResponderEliminarjaja
no te creas lo que te dicen
jajaja
Tus escritos como mujer
ResponderEliminarquedan distante de lo que realmente nosotras somos
un besito
Como siempre adore tu escrito, me conmovió sobre todo el realismo y la dulzura. Es muy dificil creer cuando ha sido engañado te mando un beso y te me cuidas
ResponderEliminarUffff...conmovedora narración....
ResponderEliminarYo sigo teniendo fé en las personas sean hombres y mujeres....Soy muy confiada y no me ha ido mal....
No es de fiar quien no se fia....
Cuando uno se enamora de verdad y es correspondido la base principal es la confianza...para qué vigilar su móvil???
Un abrazo!!!
Bien dicen que la última en enterarse de la infidelidad del marido es la esposa que porta los cuernos, en fin.
ResponderEliminarBeso Fibo
Buenassssssss!!!! ¿A que todos los hombres no son igual??????? Siempre hay buena gente por ahí, el problema es encontrarla. Besos desde Cáceres, mi niño.
ResponderEliminarQué relato más triste, pero siempre se encuentra un motivo para seguir adelante y volver a creer, besos,ana.
ResponderEliminarHola galleguito
ResponderEliminar¿por que no te dedicas a escribir como hombre?
ResponderEliminartodos tus textos son de infidelidad dejando a las mujeres por el piso
Galleguito dale con la facha que tienes no vas muy lejos jajaja
Deja de dar consejos como si supieras mucho y no sabes nada dedicate a ver el arte de las cosas ya que de sensualidad no tienes nada
JAJAJAJA el peor error de la mujer, es no tener una buena prospección, y mantenerse sola solo así ningún hombre abusara de ellas, bueno creo que yo tuve suerte oh supe hacer muy bien las cosas pero nunca viví nada igual, fui feliz sin ningún tropiezo, por muchos años, ahora soy feliz dedicada de lleno a mi trabajo que asido mu mejor consuelo buena historia como siempre amigo muy creíble por lo demás, es lo que se escucha a diario de las pobres ingenuas mujeres, que creen en cualquier cosa que se parezca a un hombre.
ResponderEliminarBesos querido Fibo feliz fin de semana.
Eres un hombre triste
ResponderEliminarNunca veo comentarios positivos
Criticas lo que lees
tu parte sensible no existe
Solo hablas de sexo
Estas carente de amor en tu vida y la vida que has creado es ficticia.
Te sientes solo aunque no lo digas
Si algun dia te habrieras y mostraras tu alma de verdad que esta sangrando
podrias ser mejor persona de esta manera.
Me escribiste que cuando uno critica un texto es porque quiere sentirse mejor uno mismo.Y denigrar al que escribe.
Lo que tu escribes es el reflejo de lo que eres.
Ves en el otro lo mismo que tu tienes y no te gusta .
Entonces agredes
Soy psicóloga en mi consultorio en Buenos Aires
Mi nombre es Silvina(Lola ) es el blog
Te seguiré ayudando a traves de tu email si quieres
jajajaj
lolaflores566@gmail.com
ResponderEliminarYo soy ya un poco antigua, pero esta historia está presente mucho más de lo que nos gustaría. Tanta infidelidad no la entiendo lo mismo por parte de la mujer que del hombre. Creo que el amor hoy día está un poco escaso, hay demasiado egoísmo.
ResponderEliminarEn fin, pero creo que no se trata de alabar o no la historia, sino lo bien que está escrita, y a mi desde luego me lo ha parecido.
Es que hay mucha costumbre de perderse en el fondo y no en la forma de hacerlo.
Un placer y un abrazo.
Los cuernos los ven siempre los demás, el que los lleva se entera el último, ¡o juega al despiste!...
ResponderEliminarExcelente forma de narrar, eres un crack.
Un abrazo Fibo.
Que latera la gente que se cree dueña de la verdad. (eso con respecto a algun comentario que leí más arriba)
ResponderEliminarEn relación al texto. Si bien tal vez yo habría reaccionado de otra manera, hay mujeres que perdonan y continúan con esa relación, ya sea por los hijos o porque simplemente no tiene ni se atreve a enfrentar la vida sola o sin el apoyo económico que le brinda el hombre.
Como dije, hay tantas historias diferentes que de verdad "sólo el cucharon de la comida conoce bien el fondo de la olla" Creo que así reza el dicho.(toy como el chapulin jejeeje)
Un abrazo Fibo!!!
Sam
Muy interesantes los comentarios en una historia mas sobre la soledad.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Bueno, cuentas claras conservan amistades.
ResponderEliminarSi ya nada es igual, si se fué la magia, pues a otra cosa mariposa y cada uno por su lado sin hacerse daño, y digo hacerse daño en todo el sentido de la palabra, pues eso de que un clavo saca a otro es mentira, tendría que ser un clavo que penetre tan profundo como el otro y no todos tienen el mismo material.
Lo demás es autoflagelarse, para qué estar con otro hombre por placer o por venganza, por Diosssss, ella sería la primera burlada, alaaaaaaaaaaaaaaaaa, que el desengaño duele, pero más duele engañarse a si misma.
He dicho
Y te dejo un beso, guapo, cuídate.
Muy interesante, como la vida misma, las mujeres somos de lo más confiadas.
ResponderEliminarNo se puede confiar de ningún hombre.
Un abrazo amigo.
No todos los hombres son iguales, como las mujeres, una nueva relación no tiene por qué terminar como la anterior.
ResponderEliminarUn beso.
Fibo me gustan tus entradas mucho, pero tu desapariom no consegui asta hoy poderte encontrar. te seguire de nuevo. y recuerda no todos somos iguales hay hombres que hacen mucho daño igual digo de las mujeres.
ResponderEliminarnttp://mjralonso.blogspot.com te pongo la direccion para llegar si quieres. un abrazo
Más real de lo que debería, supongo todo es tiempo al tiempo, no todos son iguales y no todas son iguales, así que solo hay que dejar que cierren las heridas y seguir caminando.
ResponderEliminarUn beso Fibo.
La vida te da unas vueltas y no se sabe donde se va a acabar.
ResponderEliminarMuy real tu entrada Fibo, creo que está al orden del día.Hoy es dificil que una relación se mantenga en el tiempo.Me encantó visitarte de nuevo.Besitossss.
ResponderEliminarLlegará nuevamente la calma, no todo en la vida es un hombre a tu lado
ResponderEliminarUn abrazo