Como cada mañana, observó su rostro en
el espejo del baño y le costó reconocerse. Su identidad se había ido
desfigurando hasta convertirse en un extraño para sí mismo. Los años de
trabajos anodinos le habían ido socavando su espíritu jovial, y ahora, mirando
el semblante apesadumbrado que se le mostraba, aceptaba su
decrepitud resignado y sin aspavientos.
A veces, en momentos de rebeldía
interna le parecía oír en lo más profundo de su imaginación, una vocecilla que
le traía viejos recuerdos de tiempos en que los sueños aún sacudían sus
convicciones, pero no eran más que leves susurros que se perdían en la lejanía.
Su trayectoria parecía seguir un curso del que no podía salir, ni tan siquiera
tenía sentido el plantearse abandonar esa rutina. Hora tras hora y día tras
día, el pesado martillear del tiempo esculpía en su tosca figura las huellas
del fracaso de un amargo periplo sin retorno.
Así transcurría lento y oscuro el
devenir de sus días y de esa forma habría continuado hasta el final, de no ser
por las circunstancias que vinieron a
arrebatarle de su retiro. Un destino al que se vio abocado en una reunión
familiar, en el momento que dejó de ser útil para convertirse en una carga.
Una reunión, dos hijos y las oportunas
nueras, siendo objeto de trueque, sorteo, y por parte de la más fuerte del grupo con anuencia de los
hijos, era pasaportado a un viaje sin retorno a una de esas residencias de 3ª
edad con una triste maleta como toda pertenencia; y donde las visitas en fines
de semana se fueron espaciando en el tiempo hasta convertirse en esporádicas.
La soledad se introdujo en su vida,
llenándole de irritabilidad, hostilidad, aislamiento y tristeza, haciendo
presa de él y sumiéndole en un estado comatoso con una acusada ausencias de
miradas.
Las vueltas de la vida convirtieron
un billete sin regreso en un viaje de
retorno. Su pensión que hasta la fecha no había sido necesaria, de repente era
solicitada y deseada por esos mismos hijos entrados en crisis económica.
Sentado, abatido y escuálido a la espera de una vuelta a la que fue su
casa. Le vino una imagen a la poca
memoria que aún le quedaba, de un andén lleno de inmigrantes en busca de un
futuro huyendo de su tierra llena de calamidades y pobrezas, tan sólo un par de
maletas, una esposa y dos niños de corta edad, más un raudal de sueños y
esperanzas junto con mil pesetas arrugadas y bien guardadas en el interior del
calzoncillo. Le brota una lágrima al tratar de evocar a la madre de sus hijos y
alegrarse de que no sea testigo de verle con una triste maleta a sus pies y el
saber que pronto se reunirá con su amada esposa.
Que alegría he sentido al oírte de nuevo Fibo, gracias por aparecer y FELIZ 2014, espero que así sea para ti y para todos.
ResponderEliminarAyyyy!.... que dolor ese, oriundo de aquí...
El de la vejez, poquito a poco se va adueñandose de nosotros sin remedio ni piedad, pero sabes que?, debemos hacerle frente a el espejo y quedarnos con la mejor mueca que nos ofrezca y dándole las gracias por permitir nuestro reflejo ante él...
Te mando un fuerte abrazo y esperando siempre tus letras.
Besos
Feliz año también para ti preciosa...yo siempre me alegro de ver tu sonrisa en mi pantalla.
EliminarUn besote.
Oye ¡¡¡que me ha hecho llorar tu historia!!!...
ResponderEliminarRecordé un viejo, viejo vals peruano que mi padre solía cantar a veces... a ver si te gusta:
http://youtu.be/HdmyDFyJOQQ
Un abrazo.
Sam
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarGracias Sam, la he escuchado con gran atención y se me han erizado los vellos.
EliminarGracias también por estar siempre por aquí...eres una gran amiga.
Un besote preciosa.
Fibo!!!!!! uuufff lo primero decirte que me alegro de volver a leerte!!!!! , lo sngundo que tu historia me ha encogido el corazón son mas reales y mas cotidianas de lo que la gente cree uuffff una historia que me dejo conmovida y asi llega el final de sus dias entre lágrimas con pasajs en la memoria de recuerdos uuffff me llegó alma me encantó!!!, un besote desde mi brillo del mar
ResponderEliminarEl triste paso del tiempo que inevitablemente nos enseña el espejo. Lo importante es sentirse joven.
ResponderEliminarMe alegra tu vuelta.
Cariños....
Me alegro que hayas vuelto.
Uy extrañaba tus historias está me enterneció siempre logras conmoverme . Te mando un beso y te me cuidas
ResponderEliminarMejor morir que ser abandonado por quienes tanto se amo y se hubiese dado la vida por ellos.
ResponderEliminarUna pena.
Magistral relato, impregnado de ternura, no de compasión, lleno de instantes amargos y de desengaño, asumido casi todo ante el espejo, menos el dolor al descubrirse en una soledad sin paliativos, al descubrir el desamor y la codicia, para estas cosas no está reparado nadie.
ResponderEliminarSe hace la maleta y se espera el tren sin retorno, parada en la memoria del amor verdadero ¿será posible que vendan ese billete? así lo deseo.
Tienes, dulce Fibo, una sensibilidad intensa que sabes reflejar en tus textos, enhorabuena y no tardes tanto en dejarte leer, cuídate mucho.
Gracias por el increible poema que dejaste en mi blog, me emocionó, lo guardo como un tesoro. Besitos muchos.
Un relato precioso y con toda la veracidad, y que cada cual tenemos en la mente que nos puede pasar, sino es la residencia, será un viaje continuo de una casa a otra en el mejor de los casos.
ResponderEliminarMuy triste el final de la historia Fibo.
Me encantó.
Un abrazo.
La cruel realidad de la vejez, sin embargo hay que asumirla y sacar lo positivo que también lo hay, no todos son hijos egoístas, tambien los hsy comprensivos y responsables por sus mayores. Feliz año.Abrazoss.
ResponderEliminarQue triste....
ResponderEliminarTengo muy claro que cuando ese momento llegue(si llega....)....me iré a una residencia.
BESOS GUAPO!!!
Tanta gente que le toco vivir eso terrible, ojalá cuando vuelvan todo siga igual en afectos y cariños.
ResponderEliminarUn abrazo grande para ti.
mar
Buenassssss!!!! Así es la vida Fibo, toda la vida trabajando y luchando... para luego acabar en una triste residencia. Una pena, una realida dura, demasiado dura... antes las casas eran grandes y como había mucha gente, todos cuidábamos de todos... ahora... no queremos perder la indepencia que nos brindan los pisos... decimos que no cabemos todos.. que hay que trabajar... creo que deberíamos replantearnos los viejos conceptos de familia. Besos mil querido.
ResponderEliminarUffffffffffff, esta historia se repite a diario en todo el mundo y cuantos dolores de cabeza y del alma me a traído a mi, que por defender al viejo de mi padre, eh perdido a todos los que creí mi familia, yo jamás tiraría a mi padre algún lugar de esos, donde seguramente yo iré a parar, los famosos asilos pues yo no tendré a una hija que me soporte, creo que me iré sola algún lugar de esos, jejeje es muy triste el final de cualquier viejo porque a muy pocos hijos les importan, pero si les importan las pertenencias ni por más miserables que sean, muy buena y triste historia.
ResponderEliminarBesos querido amigo me alegra mucho volver a leerte, gracias por tu compañía, en mi humilde espacio.
Es triste, real, pero ahora, es una historia complicada, los que no valian, ahora son necesarios, caramba como cambia la vida, un abrazo,
ResponderEliminarQuerido fibo , esta es la cruda realidad y es que la cosa esta , en que si no es por la poca pensión de nuestros mayores , muchas familias no podrian ni comer , pero lo que yo no apruebo es el trato de los hijos hacia sus padres o suegros , cuando estos son mayores ... ni que fuesen , trastos viejos que se pueden almacenar en un trastero , y sacarlos cuando a uno le place .
ResponderEliminarEn la familia de mi madre , mi abuelo vivio hasta los 103 años , y jamas se fue a una residencia de ancianos , y eso que tenia una paga de unas 55 mil pesetas , y sin embargo el hermano de mi abuelo , si que fue a una de esas residencias , ya que el era soltero y no tubo hijos , fueron sus sobrinos los que le arreglaron los papeles para que allí estuviese bien cuidado , pasdo unos años y siendo más joven que mi abuelo 98 años más o menos , cunado acabo suicidadose en la residencia de ancianos , por que no queria estar allí ya que el era feliz en su casa , así que mira tu que vejer tubo el pobre hombre , me a gustado mucho esta entrada , pero en lo mas profundo de mi corazón me duele que traten a si a nuestros mayores por puro egoismo y abaricia , te deseo una feliz tarde besos de Flor.
Y gracias por volver por mi blog , la verdad es que te hechaba mucho de menos amigo .
Me encanta verte en mi casita.
ResponderEliminarBesos querido Fibo que estés muy bien mil cariños para tu alma.
Se puede conservar un espíritu joven siempre, aunque el cuerpo no le acompañe.
ResponderEliminarMuchos besos.