A lo lejos, suena el gallo de mi vecino Rogelio siempre a la misma hora como un reloj. Ya llevo un buen rato despierto oyendo la radio, otro día más como cualquier otro, me levanto cansado de estar en la cama, el mismo silencio de cada mañana solo roto por el gorgoteo de los pájaros que habitan en el viejo y majestuoso roble que domina como un soldado en guardia todos los alrededores de mi casa.
La mañana comienza a clarear, adivino un día claro, observo sin ser visto desde la ventana a una de las parejas que felices anidan en el roble, como salen en busca de comida para sus polluelos y estos que impacientes esperan, ellas con una esperanza puesta en el nuevo día y yo en un día más.
Desde hace año vivo solo, mis polluelos ya volaron hace tiempo del nido, siempre me han animado a que rehaga mi vida, dicen que aún soy joven, que me queda mucho por vivir y ver... y que no es bueno vivir en soledad. Quizás tengan razón, pero ya son muchos años sin pareja y me he acostumbrado a esta forma de vida.
Me levanto, me hago mi café de la mañana, enciendo el ordenador y miro si me han hecho algún comentario en una página donde escribo mis cuatros chorradas, si ese día no trabajo, leo otros blogs y hago comentarios sobre lo leído, a veces me sorprende la calidad de muchos de los escritos. Hoy no he amanecido muy católico, me siento raro, algo así como melancólico y me ha venido a la mente mi madre, mi familia, quiero recordar cuando era niño y mis padres cuidaban de mí, pero mi memoria ya no alcanza mucho, lo primero que se me viene a la mente es la casa donde fui tan feliz, allá en el pueblo, una vivienda de dos alturas, muy grande o quizás no tanto y era más bien la pequeñez que tenia lo que me hacía verla inmensa.
Recuerdo que en la parte baja vivían mi abuela y tía paterna y en la superior mis padres, mis dos hermanos y yo, la recuerdo como algo muy hermoso, con ese olor a tahona que desprendía la cocina de mi abuela y que impregnaba la casa cada mañana, de ese olor tan característico a pan recién hecho. Y esas noches de lecturas después de la cena en la que mi madre o mi abuela nos deleitaban con algún cuento o novela histórica, y otras amenizadas por la música de la guitarra española que mi abuela rasgaba tan bien y acompañada por el cante de nuestra tierra con la que mi padre se arrancaba. Solo alumbrados en la noche por un viejo candil de aceite y la luz que proporcionaba la leña al arder en la chimenea, ya que en aquel tiempo no teníamos luz eléctrica.
Desde que yo recuerde, siempre me he levantado muy temprano, en cuanto escuchaba a mi madre que lo hacía, yo me levantaba tras de ella, la veía trajinar en el fogón de carbón que teníamos en la casa y como preparaba el café de puchero que a ella tanto le encantaba y que hizo que a mí también me gustara.
Después de tomarse su café, me preparaba un buen tazón de leche con gofio que como oro en paño administraba hasta que su hermana le enviara más por correo, junto con otros productos de su tierra, cosa que hacía cada mes desde que mi madre se vino a la península después de casarse con mi padre, ya que estos se habían conocido mientras este realizaba el servicio militar. Mi madre, a pesar de los años que llegó a vivir en la península, jamás se olvidó de sus costumbres, sus comidas iban siempre acompañadas con su gofio en cualquiera de sus variedades, sus papas, su millo y sus mojos, así como su atún guisado y sus caballas. Sé con el paso de los años, que a mi madre le gustaba que yo estuviera ahí a su lado cada mañana, me contaba sus historias y costumbres de donde ella había nacido, eso hizo que me sintiera cada día más identificado con su tierra, mas que con la que había nacido y vivía, sintiéndome orgulloso de ese lugar que por aquel entonces aún no había visitado en persona, pero si volado con la imaginación.
De repente, me sacaba de sus historias, conminándome a terminar el desayuno y a ponerme a repasar la lección del día, siempre con esta frase, “Quiero que seas hombre de provecho”.
Ahora se me viene a la mente una escena en mi casa con mi madre, yo al pie de las escaleras y ella en la parte alta de la misma, diciéndome: ¡Eh gitanillo, sube! jajajaj a veces me llamaba así.
Yo le decía a mi madre... no mamá, no quiero subir que me regañas y me pegarás, y me parece oírla como fuera ahora mismo con esa voz tan dulce que tenía y que tanto me agradaba, tan diferente a las demás voces de las madres de mis amigos ¡Anda sube! ¿Cuando te he pegado yo? Al final me convenció, subí las escaleras con el temor de lo que pudiera pasarme y ella sin contemplaciones, me cogió de la mano y con la zapatilla de andar por casa que tenia escondida, me dio dos veces en el trasero y me recriminó la travesura de ese día, aún así lo recuerdo con cariño porque era una forma de forjarme y nunca lo hizo utilizando la fuerza. Hoy quiero recordar el motivo por el que lo hizo, sólo por curiosidad, no porque este me haya marcado y por más que pienso, no consigo recordarlo ¿porqué no le preguntaría en su día? Es raro, pero es la única vez que yo recuerde que mi madre me atizara. ¡Cuantas cosas debí de haberle preguntado y no lo hice!
Maldita sea mi memoria y maldita sea la edad que no me deja recordar tal como era yo cuando mi madre estaba conmigo.
Unas lagrimas afloran y me enturbian la vista recordando a mis padres y cuanto los hecho de menos.
En memoria de mi madre, la mujer que más he querido.
Mamá canaria,¿eh?
ResponderEliminarMe ha parecido absolutamente precios,so anciano!!!
Será posible que seas tan exagerado???
Me apetece animarte,aunque sé de buena tinta,que eso momentos son intransferibles,para uno mismo;algo así como un tesoro que nos hace recordar que vivimos...
Madre no hay más que una,¿verdad?
Ánimo.
Besos.
FIBO, ¿solo este hombre? que va, le acompañan los recuerdos más dulcisimos, un roble, unos pajarillos ¿qué es la soledad, verdaderamente? A veces se está solo entre la multitud.
ResponderEliminarMe ha emocionado esa evocación de la madre y el homenaje que le rindes, ayyyy esa zapatilla, también me dio en el pandero una vez, una sola.
Bello en cada palabra, besitos y gracias por pasar por mi blog dándome una alegría, amigo.
Hermoso Relato, yo espero poder recordar siempre como soy cuando mi madre (y mi padre) me miran, me gusta verme como me ven sus ojos...
ResponderEliminarVaya me has hecho emocionar..Cuando la vida pesa o simplemente es un dia mas que se sabe sera igual al anterior uno busca refugio en los momentos, lugares y brazos en los que fue feliz; se va a la infancia como tu, a esa casa que guarda los rincones de nuestro crecimiento, se vuelve a ver a los padres, vivos, jovenes y sabios. Y se cuestiona lo mismo que tu: por que no les he preguntado mas, por que no les he dicho mas.
ResponderEliminarTen seguro que todo esta en la memoria y el corazon profundo lo recuerda, por eso llevas este recuerdo tan bonito de aquellos tiempos.
Un abrazo amigo! Me gusta mucho venir a leerte.
De canario a canario, me parece un relato entrañable. Muy parecido a mis vivencias pasadas,pues procedemos ambos de la misma tierra y costumbres. Me ha parecido un escrito lleno de sensibilidad y ternura para la figura de la madre.
ResponderEliminarAbrazos.
Que lindo escrito, un recuerdo hermoso que siempre tiene que perdurar en nosotros.
ResponderEliminarUn besote amigo mío!!
Fibo
ResponderEliminarQue maravilloso escrito, es como si hubiese estado hablando contigo y tu contando, ese es un lecho de flores frescas que llevas en tu corazon, tus recuerdos de infancia, un abrazo entrañable!
Mi estimado Fibo, porque he aprendido a estimarte en el día a día, en tus letras...hoy me emocionas, soy llorona y no lo puedo evitar, quizás porque también por momentos vienen recuerdos...mi abuela materna era de Canarias y la paterna de Andalucía, y es precisamente de ella que atesoro los más bellos recuerdos, palizas no, me amenazaban eso si, pero no me daban, mi abuela paterna con quien me crié, me cantaba mucho, me enseñaba sus tonadas y hasta me vestía de gitanilla...uyyyyy, Fibo, nada, venga, un apretón muy fuerte, mi armaaaaaaaaaaa.
ResponderEliminarLindos recuerdos guardas en tu baúl Fibo...yo creo ques si eres un hombre de provecho eh?
ResponderEliminarTe deseo un bellisimo día jueves y cuidate mucho , recibe un abrazo grande:-))
después de tomarse su café, me preparaba un buen tazón de leche con gofio que como oro en paño administraba hasta que su hermana le enviara más por correo...
ResponderEliminarHoy, me has dejado el corazòn chiquitico, pleno de aromas, sabores y recuerdos maravillosos...eres grandioso amigo...
Te envìo un fuertìsimo abrazo.
Que buen relato, bastante emotivo amigo. Soledad y recuerdos, una combinación que casi siempre nos hace derramar lagrimas.
ResponderEliminarSaludos...
!Qué dulces recuerdos Gitanillo! Me ha encantado leerte Fibo.
ResponderEliminarEn el jardín de los recuerdos están las flores más bellas de la vida. La característica de ellas es que son inmortales, pues las regamos con afectos entrañables. En ellas, ellos viven.
Un gusto leerte hoy.
Lo encuentro interesante. Ya quedan pocos lugares así, con robles a la puerta de la casa con nidos y pajarillos.
ResponderEliminarSigue escribiendo, tiene un toque romántico.
Las madres saben muy bien los métodos que tienen para enseñarnos a recorrer la vida.
ResponderEliminarNo te lamentes por lo que no hiciste ya no hay remedio. Mejor es que la recuerdes así, como ahora. Con mucho cariño.
Un abrazo Fibo.
Dice Almudena Grandes que "la sonrisa de los hijos esconde un cebo tan irrestistble que mientras sus labios la sostienen es completamente imposible pensar que uno viviría mejor sin ellos"... Esa, la sonrisa y la risa de los hijos es la mejor recompensa para las madres, lo sé porque lo soy, jeje... Sonríe mucho cuando te acuerdes de tu madre y acuerdate mucho de tu madre sonriendo. De alguna manera, ella lo sentirá. Un beso
ResponderEliminarAmigo recibe tu PREMIO DARDOS.
ResponderEliminarhttp://enclavedeluz.blogspot.com/
Felicitaciones.
Un beso
Amaia
Fibo uno recuerda con amor tantos momentos vividoas al lado de nuestros padres, nuestras travesuras, sus retos, sus mimos. Ellos sólo nos pedían que fuerámos gente de provecho, honorable,lo mismo es lo que les pido a mis hijos.
ResponderEliminarEres un ser increíble, buen trabajo el de tus padres...Besos tu amiga Lía.
Yo también tengo nostalgias y echo de menos a tantas personas que ya no estan conmigo por diferentes motivos.
ResponderEliminarY mis hiajs ya también estan grande en unos años más volarán del nido....es la vida, nosotros también lo hicimos.
Muy lindo post, me gustan los post personales así nos vamos conociendo màs todos.
Mis cariños para ti.
mar
Ellos viven en tus recuerdos...y siempre te acompañan...besoooss
ResponderEliminarMe han conmovido tus letras..ese sentimiento que destila tu alma..y al remembrar tu pasado..esa sinceridad y transparencia con la que lo acunas..solo me queda decirte...Sigue viviendo feliz..ojalà al lado de una mujer..que te merezca..deja la promiscuidad..jejejej..era una broma.
ResponderEliminarun beso colombiano..mi bello Fibo
Hombre!!! que malo que eres!!! Me has hecho llorar!!...
ResponderEliminarHe recordado a mi abuela, la leña, el mate. Su sonrisa...
A mi madre aun la tengo conmigo y espero que se quede junto a mi por muchos ... muchos años más.
Bezozzz animosos para ti
Ni te imaginas como me ha gustado.Me he quedado prendida de esta entrañable entrada, la he saboreado, la he disfrutado, la he sufrifo, la he vivido... tan maravillosa es y tan maravillosa contada está.
ResponderEliminarQue hermoso es tener esos recuerdos, pero más que tenerlos, es sentirlos como tu los sientes.
Un abrazo
Muy buen relato. Esos recuerdos no deben abandonarnos nunca.
ResponderEliminarSaludos
Me facinaron y conmovieron tus palabras. Hiciste que me acordara de mi mama y mi aveces me pasa como a ti. Muy bella y conmovedora historia un beso Fibo.
ResponderEliminarMe has emocionado Fibo, que hermoso relato,calido,muy bello..Que recuerdos más lindos,por lo menos eso te queda...Te deseo lo mejor amigo...Besos
ResponderEliminar¡Ay, gitanillo qué edad ni qué niño muerto, mi arma, si eres un chiquillo todavía!Y bueno mi madre no era pegona tampoco, pero alguna vez las tengo "llevado", también con la zapatilla, que era muy típico por aquél entonces, jeje, en mi caso porque no había manera de hacerme comer, siempre estaba desganada, con el dichoso aceite de hígado de bacalao en la boca y la "quina San Clemente" o el vino "Sansón" de marras para abrir el apetito, (y ahora hay que quitarme la comida para que no me ponga como una foca, jeje. Qué tiempos aquellos...y ahora, si le das con la zapatilla en el culete a un nene o algo de alcohol, te llevan preso y te quitan hasta la custodia de los críos, jejeje. Para que veas cómo cambian las cosas y las costumbres con el paso de los años.
ResponderEliminarPrecioso y tierno este relato de tu infancia que nos traes, mi querido Fibo y ahora sé por qué te gusta tanto pegarte esos madrugones. Yo hace muchos años me levantaba a las 6 de la mañana para pintar, pero ahora es al revés, suelo acostarme a las 6, jejeje.
Un beso enorme, mil gracias por todas tus lecturas y comentarios y aunque la semana próxima estaré de mudanza y quizás este finde ya esté más en la otra casa que aquí, siempre que pueda, seguiré visitándote, mi niño. Muaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!
Yo ahora mismo mientras escribo esto escucho a mi madre su respiracion aqui justo tras de mi muy cerca mientras duerme.
ResponderEliminarYa ves en eso tengo como mas suerte.
Un abrazo amigo.
Fibo me impresionanye, que profundo eres y que nostagico.Un abrazo
ResponderEliminarQue hermoso muy emocionante, esos recuerdos perduran por siempre en nuestra memoria, muy profundo sentir escribes muy bien haces que el lector se sienta siempre muy enganchado en el escrito, ese es un gran merito.
ResponderEliminarAmigo te invito pasar por Acciones del alma espero aceptes te he nominado.
Besos que tengas un lindo fin de semana.
En este mundo virtual, donde tu podrias ser Yo, o quizas,... Yo podria ser tu,o quizas alguien que no eres tu ni yo? y mira que pongo todo a la imaginacion.......
ResponderEliminarLo unico real, es el amor !
Muy lindo tu sentimiento!! me gusto.
Liliana
¡Me gusta como escribís!
ResponderEliminarFibo, estoy en deuda contigo y otros amigos. No he tenido tiempo esta semana para saludarlos y darles las gracias por pasar por el cuaderno. Gracias por tus palabras.
ResponderEliminarTe mando un beso
Fibo, gracias, me encanta que te haya gustado la entrada. Mientras te dejada en mensaje anterior, estabas ya comentando en el cuaderno. Feliz fin de semana.
ResponderEliminarUn beso
Fibo, que lindo texto. Es bello recordar otros momentos de alegria o tristeza, viejos tiempos que no volveran y que añoramos inutilmente. Te leo y recuerdo. Besos, cuidate mucho.
ResponderEliminarEscrito evocador. Cargado de sensaciones. Declaración de amor a la mujer que te trajo al mundo, a la mujer que tanto amaste y te amo.
ResponderEliminarMuy bellas palabras.
Un abrazo
Mercedes
Precioso y emocionante relato...como siempre amigo.
ResponderEliminarQuerido Fibo, con tu permiso te paso el testigo de "Tú preGunTas, Yo ResPondo"
Pasa por mi blog, y averigua si deseas aceptar. Un beso
Leyendo entre tus "cacharros" descubro toda la ternura que guardas en tu corazón y en esa memoria de la que te quejas, agradeciéndote que hayas despertado la mía con el olor, la imagen y el inmenso y dulce cariño de mi madré.
ResponderEliminarUn beso y mi cariño, Fibo.
¡Bravo! Fibo, me encanta, es lo mejor que te he leído.
ResponderEliminarRegálanos muchas entradas como esta.
Un abrazo
Coincido con Jara en que es uno de tus mejores escritos, quizas porque las mujeres somos muy maternales y los recuerdos de tu madre y de tu infancia, también nos hacen evocar los nuestros.
ResponderEliminarUn tierno abrazo.
LLevas sangre de guerreros, FIBO..
ResponderEliminarTus letras, me han emocionado, como describes los lugares de tu ninez, a tu madre, sus costumbres, bonita y bellas costumbre.. Siempre se ha dicho que el estar lejos, de su tierra, tiene algo, que luego hace de esas personas especiales, seguro que tu madre, era y es.. porque todavía está contigo...
A veces, nos lenvatamos amigo, con el alma encongida y los sentimientos y los recuerdos a flor de piel... y eso se nota
Los recuerdos, nunca mueren, si nosotros los mantenemos vivos...
UN FUERTE ABRAZO....(mi niño)
de brujilla
Un escrito muy tierno, Fibo, me has hecho emocionar. Te felicito por tus hermosos recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Humberto.
Gracias por tu visita...Puedes coger, los regalos... besos de brujilla
ResponderEliminarhola fibo amigo buenos diassssss que historia mas sensible a los sentios, hoy quizás me encuentro en tu casita buscando un algo que me haga sentir que tomar decisiones si son pensás son bien tomadas pero bueno ya lo dira el tiempo tu madre te zurró un poquito na massss antes se educaba asi, siempre he procurao educar de otra manera a mis hijos y sin darles ni un tortazo solo les castigaba si hacian algo mal o no obedecian y hoy en dia son hombres correctos educaos y buenos, ves fabi hoy estoy que no me encuentro quizas he cometio un gran error pero disculpame que te deje un algo asi mio soy una pueblerina que no puee cambiar y tuuu no cambien nunca que eres un artista escribiendo quizas me dedique a contar cositas asi jajajjaa bueno hoy es que no me sale una sonrisa solo me he reio al pensar que pensara fibo de miiiiiiiii ajajaja besitossssssssssss
ResponderEliminar