Todas mis pertenencias en dos bolsas de plásticos, cincuenta euros y veinte años a cuestas, me fui directamente a la pensión de donde había salido anteriormente antes de conocer a los amigos que me traicionaron. Le expliqué mi situación a la posadera, la cual accedió a hospedarme con la condición de que le adelantara veinticinco euros de fianza, así lo hice y con el resto que me quedaba, tenía que tener para vivir el resto de la semana hasta que cobrara en mi trabajo. Fue una semana muy cruda, la mitad de los días solo comía algo de pan que me compraba y algún café con leche que algún compañero me invitaba, ellos desconocían mi situación, ya que no les había hablado de ello por vergüenza.
Así hasta que pude cobrar la mensualidad y pude salir adelante por un tiempo, que fue bastante poco, ya que la obra finalizó dos meses después, con lo poco que había podido ahorrar y hasta que cobrara el paro, tenía para poco tiempo más, y con la esperanza puesta en que pronto comenzara otra obra (el capataz me había prometido que me llamaría) todos los días salía en busca de trabajo, y trapicheando por aquí y por allá, iba saliendo adelante.
Algunas tardes me dejaba caer por un parque que había alrededor de la pensión para pasar las horas, me aburría bastante en la habitación, demasiadas horas en soledad, y tan solo acompañado por un pequeño transistor. Allí observaba a jóvenes de mi edad que reían, a chicas y chicos que se abrazaban y besaban, a padres de familias jugando con sus hijos y de vez en cuando se me saltaban las lágrimas al recordar a mis padres antes de su separación, ¡que feliz era por aquel entonces! habían transcurrido pocos años y me parecía un siglo, ¡me sentía viejo con tan solo veinte años! Cuanto deseaba tener una familia, un sitio donde vivir, reír, jugar, llorar, padecer, lo que fuera, pero en unión de una familia que me quisiera y me protegiera y no sentir la soledad que me estaba matando, luego me retiraba a la pensión y a esperar que llegase el siguiente día para tratar de conseguir algo de trabajo.
Me inscribí en un cursillo de inglés e informática que daba el ayuntamiento por las noches, apenas tenía ropa decente que ponerme, así que decidí comprarme en el mercadillo algo de ropa barata, como un pantalón vaquero y algún jersey. No disponía de mucho dinero, pero por lo menos iría decentemente a clase.
Me repetía sin cesar que me tenía que dar ánimos, que no siempre todo me iria tan mal, que algún día todo mejoraría y a lo mejor hasta lograba tener una novia como todos los chicos y la podría besar. ¿Cómo sería besar a una chica me preguntaba? A veces frente al espejo hacía muecas con los labios como si estuviera besando y me besaba la mano.dejando mi imaginación volar paseando con ella de la mano por el parque, aunque enseguida volvía a la realidad y desechaba la idea, ¿Qué chica, con el físico que yo tenía se iba a fijar en mí?
Me habían hablado del ejército, se ganaba un sueldecillo, al menos por unos años tendría donde cobijarme y hasta hacerme un hombre de provecho. Pero no sabía si con mi estatura me admitirían, y al mismo tiempo tenía miedo de que me enviasen a algún país de esos en guerra, no es que fuera cobarde, pero con la mala suerte que había tenido para todo, seguro que no saldría bien librado de ella. Un día me dije, me voy al centro de reclutamiento y haber que pasa, ¡quién sabe! a lo mejor es la solución que espero para salir de este pozo en el que me encuentro e incluso estaré hasta guapo con el uniforme. Me presenté en la caja de reclutamiento, me dieron las bases de la convocatoria y varios formularios que rellenar, no era difícil el programa de acceso, a lo único que le temía era a las pruebas físicas, aunque estaba fuerte, daba las mínimas para acceder por poco, me compré el temario y por las noches después de acabar mis clases nocturnas, la dedicaba a estudiar, y por las mañanas a practicar algo de deporte, en un mes se celebrarían lo exámenes.
Los días pasaban rápidamente, parecía que las cosas me iban mucho mejor, tenía trabajo por horas, aunque no ganaba mucho, me valía para seguir adelante. Lo que sí tenía que agradecerle a mi padrastro, es que me enseñara que cada cosa que se aprende diariamente son acumulaciones de experiencia que te van a ayudar en el futuro. También aprendí a no guardar el dinero en casa, me abrí una cuenta en el banco para ir ingresando los pequeños ahorros que pudiera conseguir y no fiarme de nadie.
Aprendí a planchar y coser, como así mismo a cocinar en un pequeño hornillo que me había comprado y sin que la dueña de la pensión se enterase, me cocinaba alguna cosilla fácil de un libro de recetas, quería comer mejor y más sano, ya estaba harto de bocadillos.
Mi primera nochebuena compre un buen filete de carne, unas pocas gambas, y unos dulces, cene en la habitación, me acosté bien temprano para no oír la algarabía de la calle y casas colindantes, la nostalgia me embargaba, me acordaba de mi casa, de mis padres. En la pensión, excepto, la dueña y yo, no quedaba nadie.
¡Año Nuevo, vida nueva! a mediado de mes, me examiné para ingresar en el ejército y al cabo de dos semanas me comunicaron que había aprobado, el esfuerzo había valido la pena. En unos días tenía que incorporarme, pero antes de ir al destino que había elegido, debía pasar un periodo de entrenamiento. Me compré una maleta y con mis pocos efectos personales me marche al campamento de instrucción.
El periodo de entrenamiento fue muy duro, pero gracias a los compañeros que tenía en mi camareta que me ayudaron bastante, logré pasar esa etapa. Lo pasé bien e incluso los fines de semana que no teníamos guardia, lo aprovechábamos para divertirnos, algo que yo jamás había disfrutado de esa manera, era feliz y de momento estaba contento con la elección que había tomado.
Mi destino definitivo fue en un radar en lo alto de una montaña con ocho compañeros más, Nos distribuimos las guardias y gracias a mis pocos conocimientos de informática y esas pocas frases de inglés que había aprendido, me asignaron a un puesto en el control de mando y realice un curso intensivo de esas materias. Mis compañeros se marchaban a ver a sus familias cuando no tenían guardia, yo me quedaba y me volví un enamorado de los libros, me gustaba la soledad de la montaña, y me pasaba muchas horas paseando por ella.
Un día con dos de mis compañeros que estábamos libres de servicio, me llevaron a una casa de cita, ellos sabían que nunca había estado con una mujer y me convencieron para ir. La experiencia no me resultó muy agradable, esperaba algo más, me costó treinta euros la chica y los cubatas lo pagaron ellos. La chica con la que subí era de mediana edad, me gustó desde el principio, yo estaba muy nervioso, era la primera vez que veía desnuda a una mujer, me resultó todo muy frío, ella masticando chicle me dijo que me desnudara, me cogió el pene y lo lavó, seguidamente me dijo que me pusiera el condón y se tumbó en la cama boca arriba, yo quería besarla, pero ella no me dejó, dijo que eso no entraba en el precio, me subí encima y mientras seguía masticando chicle como si yo no estuviera, teniendo sus pechos en mis manos me fui enseguida, me preguntó si había acabado, le dije que sí, se levantó, se lavo y me dijo que nos fuéramos para abajo, mis compañeros me felicitaron, y nos fuimos del local, esa fue mi primera y última vez que estuve con una de estas chicas.
Continuara….
Una vida muy dura,sin duda.Me ha conmovido tu historia.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Que historia tan conmobedora pero me imagino que muchas personas en la vida real deven vivir asi y aun peor,eso de la chica que feo, no me gusto para nada soy muy romántica y voy por el amor sublime.
ResponderEliminarBesos que tengas un lindo dia.
A pesar de tantas dificultades, estoy segura que el protagonista saldrá airoso y reforzado como ser humano.
ResponderEliminarSiempre que llueve escampa, pronto saldrá el sol para él.
Besos.
En Mis caricias del alma te he dejado el premio Amigos blogueros es para tod@s los que se lo quieran llevar a sus espacios, para seguir pronunciando en alto y a viva voz...
ResponderEliminar¡¡Uno para todos y todos para uno!! Como un mosquetero más...
¡¡Feliz fin de semana amig@!!
¡¡Te quiere!!
La gata coqueta
PD/La vida es a veces un tanto cruel siendo un camino dificil de recorrer, pero sin pretenderlo se forgan un prototipo de sere más fuerte de cabeza y más sensible de corazón...
Con eso no quiero decir que hay que sufrir para ser más feliz después, pero es que de yogures está el mundo lleno y nunca han sido mi tipo, algo muy claro ya a los dieciocho años.
Un beso de ternura amigo.
Es un luchador este muchacho..."un buscavidas"...sigo leyendo....besooosss
ResponderEliminarHola, un gusto. Quedaré a la espera para ver como continua este relato. Intuyo que esta primera entrega prepara el terreno para un acontecimiento que será el nudo de la historia, "una vuelta de tuerca", un hecho inesperado... el narrador traspasa muy bien la vida del personaje de manera clara, dando los datos exactos, sin buscar conmover y a la vez conmoviendo con la atmósfera despojada y sola que se va constryendo. He sentido que el personaje es una víctima, un inocente, un chivo expiatorio... volveré!
ResponderEliminarAgradezco tu paso por La Cala y espero mantengamos un nexo de aprendizaje para ambos. Te dejo mi saludo fraterno desde el confín austral!
Te sigo leyendo querido amigo.
ResponderEliminarSaludos
Me quedo esperando la continuación de un relato duro que, dada tu proverbial sutileza, seguro será sorpresivo.
ResponderEliminarUn Beso con mi afecto, Fibo.
Por lo menos se levanto, me encata su fuerza de caracter. Ese chico es mi idolo parece que todo va mal y no se rinde amo su espiritu. Me encnata como describes su vida dura y la llenas de magia un beso Fibo
ResponderEliminarHola Fibonacci, gracias por tu visita y comentario en mi blog, pasaré con más tiempo a leerte.
ResponderEliminarUn abrazo
La verdad, conmovedora historia. Muy bien logrado el relato, cabe acotar.
ResponderEliminarUn cordial saludo amigo.
hola amigo mio hermoso post, muy bueno...te aplaudo!
ResponderEliminarquería comentar que tarda en abrir, pagina de comentarios por un problema de bloger, no mio,no se puede arreglar....
de vertdad lo siento
muchas gracias por compartir
un abrazo enorme,beso
lidia-la eswcriba
Hola, amiga, triste en verdad esta historia, me tiene cautiva, la vida muchas veces es asi de cruel, pero no hay mas que seguir adelante, luchando cada dia. Te sigo leyendo. Besos, cuidate mucho.
ResponderEliminarEres increiblemente bueno plasmando historias reales, de terceros, en primera persona.
ResponderEliminarGracias, a algunas de tus entradas, muchas lacras de nuestra sociedad se hacen patentes y nos permites poder dialogar y confrontar opiniones.
Besos
Bueno, parece que las cosas se van solucionando. Pero... pobre su iniciación
ResponderEliminaral mundo "del amor"
Espero que en el siguiente capítulo encuentre la chica que se merece.
Un beso
Mercedes
buenos días querido amigo.
ResponderEliminarcomo siempre tus relatos son verdaderamente muy interesantes y desgarradores, me encanta leerte y sentir que estas hay muy cerca de todos un beso y que tu fin de semana sea fantástico taliá.
Un saludo y gracias por pasar
ResponderEliminarSigo con interés este apasionante relato. Espero que las circunstancias le sean más favorables en el futuro.
ResponderEliminarSe merece lo mejor este chico, no le falta voluntad de hierro a pesar de las trastadas de la vida. änimos y a ver qué pasa.
ResponderEliminarTe sigo FIBO, me cae bien ese chaval y tú me describes su dramática vida hasta implicarme en ella, bsito.
Menuda vida tan dura.Y que sensación de vacío genera la soledad impuesta.
ResponderEliminaramigo, espero que no haya sido tu historia.
Un beso.
Hola Fibo! que puedo decirte de tus relatos que no te haya dicho, eres bueno, muy bueno, y además tienes mi cariño.Un beso Lía.
ResponderEliminarhola Fibo,
ResponderEliminartriste historia, pero es lo normal, se quiere tener una familia, ser feliz con ella. El joven tiene deseos de seguir adelante. Eso me gusta, que no se da por vencido. Ahora le toca salir bien sano y caminandito de ese campamento.
un abrazo^^
Huy, Fibo, esta entrega no te la había leído, me la había saltado. Es que escribes más rápido que me da tiempo a leer. Jo, la parte de la prostituta es típica y no me extraña que nuestro "prota" se fuera un pelín desilusionado y es que una primera vez así...decepciona hasta al más pintao.
ResponderEliminarUn besito y feliz domingo, chavalote!
Definitivamente creo, que en la fragua de la vida, se templa el carácter, no existe mayor escuela...
ResponderEliminarQue experiencia tan horrible del sexo por primera vez.
Este hombrecito, vale la pena, sigo...
Abrazos