LA PICONERA

LA PICONERA

martes, 7 de diciembre de 2010

BLANCA Y FABIAN...II

Desde que me casé, soy muy feliz, he tenido un hijo que se le ha puesto de nombre David, hoy cumple seis meses de edad y le estamos preparando su fiesta de cumpleaños, Pedro mi marido vendrá como cada mes que cumple, cargado de regalos.
 
Después de celebrarlo con la familia, hemos decidido que nos iremos los tres a cenar fuera, es un día muy agradable y no lo pasaremos bien, ya que pocas veces en estos meses hemos podido salir, yo me pondré el vestido que tanto le gusta a mi marido.

De Fabián no hemos sabido nada, solo que está de un país a otro y no tiene intenciones de venir según me cuenta mi marido, algo que le extraña, ya que ama mucho la casa que tiene aquí y se encontraba muy a gusto en ella. Pero como él dice, excentricidades de ricachones y se echa a reír. 

- ¡Blanca, Blanca! Grita Pedro que acaba de llegar.

- ¿Qué ocurre Pedro, a qué esos gritos? Vas a despertar a David.

- Lo siento cariño, ¿pero sabes la noticia?

- No, sino me lo dices.

- Pues acaba de llegar Fabián, y ¿sabes qué?

- No, ¡dime!

- Pues ha llegado en una ambulancia medicalizada.

- ¡Cómo! ¿Que ha ocurrido?

- Esta muy grave, algo que no sabíamos.

- ¿Pero sabes que le pasa?

- No, no se nada, no me han dejado verlo.

- Pues intenta verlo e interesante que le ocurre.

- Voy a la casona ahora, ya que quiero verlo.

- No te apures y vete ya y mantenme informada.

- Vale cariño, voy, y enseguida te informo.

¡Dios Fabián!, que no sea nada y te puedas recuperar pronto, ¿Qué te ha pasado? después de este tiempo no puede ser que te vea así, tenías tus problemas físicos, que era por lo que me empleaste, pero estabas bien de salud, tengo que verlo, buscaré alguna excusa para ir a la casona.

Me ha llamado Pedro y dice que quiere que vaya a la casona con el niño, que Fabián quiere conocerlo, ¿será una excusa para verme a mí? enseguida iré le he dicho, despertaré a David e iremos en seguida, tendremos tiempo de celebrar su cumple.

-¿Pedro, cómo esta Fabián?

-Mal, está muy mal, pasa a verlo con el niño y no estés mucho tiempo, está todo intubado y apenas puede hablar, yo voy a realizar unas gestiones que me ha pedido, ahora dentro de un momento subo con vosotros.

- Hola Fabián, ¿podemos pasar?

-Pasa Blanca, ¡Dios que guapa estas, te ha sentado muy bien el matrimonio!

-De ti no puedo decir lo mismo.

--jajajaj Blanca, no me hagas reír, que no tengo fuerza para eso, ya ves en que lamentable estado me encuentro.

-Sabes que no me alegro Fabián y que lo lamento muchísimo, a pesar del daño que me hiciste.

-Perdóname Blanca, no tenía otra opción, más lo lamente yo, tú sabes que te amaba más que a nada en este mundo, hubiera dado mi vida por ti, no quise llegar a esa situación, pero me vi obligado.

-¿Cómo que te vistes obligado?

-Ya no vale la pena Blanca nada de lo que te diga, esta casada, tienes un hijo y se te ve feliz, que más da ahora los motivos.

-Claro que sí, y quiero que me expliques esos motivos, ha pasado mucho tiempo y sólo le doy vuelta a lo que ocurrió y quiero saberlo, sabiendo el daño que me hacías y quiero la verdad ahora Fabián.

-Está bien Blanca, te contaré todo lo que ocurrió, ¿te acuerdas cuando estuve fuera de aquí y de ti por un tiempo?

-Sí, me acuerdo, te fuiste a solucionar unos negocios me dijiste.

-No ocurrió eso Blanca, yo estaba enfermo, en un examen me habían diagnosticado una enfermedad maligna y me recomendaron ir a un hospital de Nueva York para seguir un tratamiento, y desde que te dejé, he estado ingresado en ese hospital, tratando vanamente y sin esperanza de curar, aunque yo ya sabía que era casi imposible, me dieron tres meses de vida y he aguantado todo este tiempo.

-¿Porque no me contaste lo que te pasaba?

-Muy fácil, no quería que sufrieras viéndome así y era de esa manera mejor, estuve a punto de contarte toda la verdad y en el último momento no quise ser egoísta por mi parte y preferí que te alejaras de mí odiándome.

-No te he odiado nunca, y sabes porque, sabía que me amabas y tendrías un motivo muy importante para dejarme, y lo comprobé cuando te vi en la iglesia cuando me estaba casando.

-¿Me vistes?

-Sí, te vi.

-No podía dejar de verte, fue un suplicio el viaje, mis médicos me desaconsejaron el venir, pero no me importaba nada, quería verte vestida de novia, por cierto, ibas muy guapa.

-Cuando me di la vuelta ya no estabas, quise verte la cara.

-No podía más, estaba a punto de desmayarme y no podía dar ese espectáculo en tu boda.

-Este es mi hijo David.

-Lo sé y también mi hijo.

-¿Cómo lo has averiguado?

-Muy fácil, tus prisas por casarte y echando cuenta desde que lo tuviste, me sí cuenta que era mío y gracias a mis influencias en el hospital, averigüé su ADN y lo comprobé con el mío.

-Pedro no sabe nada, se cree que nuestro hijo es suyo.

.Pues debe continuar así de esa manera, que mi hijo no sepa nunca nada de mí..

-¡Que tiempo te han dado?

-Poco, de un día para otro llegará el final.

-¿Sabes que te amo Fabián y que siempre te amaré?

- y yo a ti desde que te conocí, me enamore de ti y no he estado con ninguna mujer desde entonces, solo te he tenido en mi pensamiento.

-Yo quiero a Pedro y me hace feliz.

-Ya sabía yo que Pedro te amaba en silencio y sabía que te haría feliz, estoy fatigado, antes de que te vaya, quiero decirte otra cosa y pedirte un favor Blanca.

-¿Dime lo que te hace falta Fabíán?

-Sólo que cuando te vayas me de un beso y me deje besar a mi hijo y otra cosa, he dejado todo dispuesto para que mis propiedades pasen todas a vosotros tres, no quiero dejárselo a mi hijo solo, no quiero que Pedro se de cuenta de nada, y otra cosa, le das a mi mayordomo una foto tuya con David, para que me entierren con ella, nadie sabrá nada.

-Por Dios Fabián, claro que lo haré, llevo una en el bolso de hace pocos días, ¡tómala!

-Venga Blanca, dame un beso y márchate a celebrar el cumple de David, que sé que es hoy.

-Adiós Fabián, vendré mañana a verte.

-Esta bien Blanca, vete ya y dile a Pedro que te acompañe, que ya le dejaré instrucciones y que venga mañana.

-Hasta mañana.

-Adiós.

-Vamos a casa Pedro, me ha dicho que vengas mañana y que celebremos el cumple de David con toda tranquilidad.

-Si amor, vamos.

Acabamos de celebrar el cumple, no tenemos ganas de ir a cenar, Pedro ha recibido una llamada hace un momento de la casona y está en el despacho, mañana iremos a verlo de nuevo.

-Blanca.

-Dime Pedro.

-Fabián acaba de fallecer.

3 comentarios:

  1. Unrelato enternecedor,
    la vida trae cosas así,
    todos tenemos secretos

    ResponderEliminar
  2. Muy buen relato. Aunque creo que las mentiras siempre son egoístas y no justifico la actitud de fabian, puedo comprenderlo.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  3. hola fibo AMIGO hoy me di cuenta de lo que pones en las puertas de tu blog, todo lo que escribo es ficticio y ahora leo y no se si te lo has inventao ufff tengo que asimilar eso porque lloro algunas veces cuando te leo esta historia ha podio suceder realmente feliz tarde besitossss ARTISTA

    ResponderEliminar